Erizo es nuevo en la escuela y su primer día no es nada fácil. Aunque una de sus compañeras lo recibe con un saludo y una sonrisa, otros animales de la clase deciden mover sus puestos para alejarse un poco de él. En el bus escolar, las cosas no son muy diferentes… Erizo intenta encontrar un puesto, sin embargo, no tiene éxito. Pero no todos los estudiantes son tan malos con él. En el recreo, algunos de ellos quieren integrarlo en su juego y le lanzan un balón de fútbol. Pero una vez más, las cosas no resultan bien. El balón se desfinla porque Erizo tiene un gran problema: sus espinas.